Aún recuerdo aquella vez que me desvié de la ruta señalizada por verdes y montañosos paisajes de Asturias. Por accidente recalé en un lugar que no se parecía en nada al bonito Principado que llevaba días recorriendo. De repente, el letrero que decía Avilés me situó. Había tantas chimeneas industriales en pleno funcionamiento que huí despavorido. «¿Habrá algo que ver en Avilés?», me pregunté, prosiguiendo la marcha y sin dar respuesta a esa pregunta durante años.
Nunca traté de investigar qué se escondía detrás de aquella barrera de humo, hasta que, hace unas semanas, al fin decidí atravesarla. Fue toda una sorpresa descubrir que la supuesta ciudad oscura y triste, en realidad, alberga uno de los cascos históricos más sorprendentes de Asturias, e incluso diría de España, junto a un envidiable centro cultural, que con su blanco inmaculado consigue atraer la luz, nunca excedente por aquellas tierras. Esto y mucho más es lo que hay que ver en Avilés – Asturias -. ¿Te vienes a descubrirlo?
Sugerencia
Una vez que termines de leer este artículo, puede que te interese conocer más sobre Asturias para completar tu ruta.
Historia de Avilés
Aunque para muchos la historia no es lo más divertido a la hora visitar una ciudad, en el caso de Avilés, su pasado adquiere un interés especial.
Avilés es una villa milenaria. Es la villa más antigua de la costa cantábrica. A día de hoy, es la tercera ciudad de Asturias y una de las más avanzadas en cuestión de progreso y cultura. Pero ¿cómo fueron los comienzos de esta villa?
El crecimiento de Avilés se puede resumir en cuatro momentos, todos ellos con nombre propio: Ensanche Medieval, Ensanche Barroco, Ensanche Burgués y Ensanche Industrial.
- Ensanche Medieval: A finales del siglo XIII, se levantó una muralla alrededor de lo que se conocía como La Villa. Quedando la ciudad dividida en dos partes: La Villa y Sabugo – barrio marinero localizado al otro lado de la marisma -.
- Ensanche Barroco: En el siglo XVII, La Villa comienza a crecer en extramuros, surgiendo así lo que hoy se consideran auténticos emblemas, como la Plaza de España y sus palacios,o las calles Galiana, Rivero y Ferrería.
- Ensanche Burgués: El crecimiento demográfico provocó la demolición de la muralla y la desecación y urbanización de la marisma, originando nuevos espacios como el parque del Muelle o la plaza del Mercado. Fue tal el desarrollo que Avilés se convirtió en una de las primeras ciudades en tener alumbrado público, teléfono y tranvía, por poner algunos ejemplos. La crisis del segundo periodo del siglo XIX propició masivas migraciones a Cuba. Algunos de ellos consiguieron hacer grandes fortunas y volver a su tierra natal, construyendo grandes mansiones burguesas. Esto explica la gran cantidad de casas indianas que abundan en la ciudad.
- Ensanche Industrial: En los ’50 se produjo un antes y un después con la llegada de Ensidesa – empresa de acero -. De ser una pequeña villa asturiana de 20 mil habitantes pasó a transformarse en una ciudad de más de 60 mil, en tan solo 10 años. La mayoría de los trabajadores llegaron de diferentes puntos de España, motivo por el cual Avilés es quizás la ciudad con menos rasgos asturianos de toda Asturias – por poner un ejemplo, es más común ver una botella de vino que una de sidra sobre una mesa avilesina –. El motor económico de la ciudad dejó de ser la sal para dar paso al acero. Este vertiginoso crecimiento obligó a la construcción de poblados en la periferia de la ciudad.
Dejémonos de preámbulos y comencemos a descubrir todo lo que hay que ver en Avilés.
Tour gratis por Avilés
Aunque en este post vas a encontrar información suficiente para realizar un recorrido por Avilés, existe la posibilidad de contratar este tour gratuito por la ciudad. Visita que puedes complementar con el resto de lugares de interés que te recomendamos en el siguiente apartado.
Qué ver en Avilés, Asturias. Y alrededores
Avilés es una ciudad pequeña, de unos 80 mil habitantes. Todo el casco histórico se camina cómodamente. Hay muchos atractivos que ver en Avilés en un día, aunque puedes emplear más de una jornada y acercarte, por ejemplo, hasta la cercana Salinas, con su museo de anclas y dunas a pie de playa.
Te advierto, Avilés sorprende, y mucho, tanto que algunas compañías cruceristas están comenzando a incluirla en sus rutas, algo impensable hace unos años.
Casco histórico
El casco antiguo de avilés está declarado como Conjunto Histórico Artístico. Es una auténtica joya en perfecto estado de rehabilitación y conservación. Durante tu recorrido vas a gozar de zonas verdes, casas palaciegas, calles soportaladas y empedradas, hórreos…
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Parque del Muelle
Nuestra ruta por el casco viejo de Avilés puede comenzar en la antigua zona de marismas. El parque del Muelle fue el resultado de ganar terreno al mar durante el ensanche burgués, y fue considerado el parque de la ciudad hasta la creación del parque de Ferrera. La desecación de las marismas supuso uno de los grandes hitos del crecimiento de Avilés entre los siglos XIX y XX.
En el Parque del Muelle destacan doce estatuas, entre ellas la afamada foca, toda una leyenda en la ciudad. Pero la que sobresale por encima del resto es el monumento en homenaje a Pedro Menéndez de Avilés, el adelantado de la Florida, fundador de San Agustín de la Florida, el núcleo urbano más antiguo de los Estados Unidos. Pedro Menéndez es uno de los personajes más ilustres de Avilés.
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La Monstrua
Si salimos del parque por la calle Carreño Miranda, nos encontramos con la escultura de la Monstrua. La Monstrua fue colocada aquí en homenaje a otro de los personajes más importantes de Avilés, Juan Carreño de Miranda. Pintor de la corte que retrató a Eugenia Martínez Vallejo – la Monstrua – al más puro estilo de «Las Meninas» de Velázquez.
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Iglesia Vieja de Sabugo
Si ascendemos por la calle Estación, llegamos al barrio de Sabugo, el antiguo barrio de pescadores que se encontraba fuera de la ya extinguida muralla de La Villa. Destaca su pequeña y vieja iglesia, conocida como iglesia Vieja de Sabugo. Se ubica en la plaza del Carbayo, el centro neurálgico del barrio. La construcción de la iglesia se inició en el siglo XIII, terminando en el XIV.
Junto a la iglesia se encuentra la mesa de los mareantes, mesa donde se reunían los pescadores, patrones y las personas que financiaban las campañas de pesca. Entre los planes de pesca que trataban se encontraba la captura de ballenas, muy abundantes en la costa cantábrica durante aquellos años. A esta mesa vino Pedro Menendez a pedir financiación al gremio de los pescadores para ir a las Américas. El 5 y 6 de octubre se celebra en Avilés una representación histórica de tal hecho.
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Calle Bances Candamo
De la plaza del Carbayo nace la calle con más sabor de Avilés, la calle Bances Candamo, con soportales a ambos lados y columnas muy bien conservadas. No podrás dejar de fotografiar esta calle y todo lo que allí sucede.
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Iglesia Nueva de Sabugo o de Sto. Tomás de Canterbury
Es el fiel reflejo del crecimiento de la ciudad a finales del siglo XIX y una culminación del ensanche burgués. La iglesia vieja de Sabugo ya no podía acoger a todos sus feligreses y hubo que construir una nueva, más grande y más moderna. La iglesia se realizó con la ayuda económica de los ciudadanos, muchos de ellos emigrantes a Cuba que habían conseguido hacer fortuna.
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Mercado de Avilés o plaza Hermanos Orbón
Saliendo por la calle Florida se llega a la plaza del Mercado, o de los Hermanos Orbón. Se distingue por su perfecta simetría y las típicas galerías de madera que rodean la plaza – características en el norte de España -. Al igual que el parque del Muelle, este espacio fue fruto de desecar las marismas. Aquí se sigue celebrando el mercadillo de los lunes, mercadillo que se realiza desde del año 1479. Fue una concesión de los Reyes Católicos a la ciudad de Avilés en compensación por el fatídico incendio que asoló la ciudad.
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Plaza Camposagrado
Puedes continuar por el palacio de Camposagrado, un ejemplo de barroco asturiano del siglo XVII. La fachada que da a la plaza de Camposagrado es de extrema belleza arquitectónica. En la plaza se encuentra una estatua en honor del pintor Juan Carreño de Miranda – creador de la Monstrua –.
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Iglesia de San Antonio de Padua (Antiguos Padres Franciscanos)
Por la estrecha calle de San Bernardo se llega a la iglesia de los Padres Franciscanos – su nombre actual es San Antonio de Padua, y con anterioridad, la parroquia de San Nicolás de Bari, un follón todo, lo sé –. Construida entre los siglos XII y XIII. Esta iglesia pertenece al convento de los franciscanos. Los miembros de la orden residen en un edificio cercano. Conserva algunos capitales primitivos como el que muestra a Adan y Eva en la escena del pecado original. Aquí se encuentran los restos de Pedro Menéndez de Avilés.
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Calle la Ferrería
Una de las principales vías durante la época medieval. Una calle anclada en el tiempo que aún mantiene los soportales que servían de protección contra la lluvia y el sol a los herreros. El nombre de la calle guarda relación con esta actividad artesanal.
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Palacio de Valdecarzana
Continuando por la calle la Ferrería, y en el cruce con la calle Sol, encontramos el edificio civil más antiguo de Avilés, el Palacio de Valdecarzana, o Casa de las Baragañas, un edificio gótico del siglo XIV. De hecho es el único ejemplo no religioso del gótico en La Villa.
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Calle la Fruta
Paralela a la calle Ferrería, y unidas por la calle Sol, transcurre la calle la Fruta, conocida anteriormente como Rúa Nueva. Tras un incendio y posterior reconstrucción, y puesto que aquí se instalaron puestos de venta de productos de la huerta, su nombre cambió a calle la Fruta. Fue, y es, una de las calles más importantes que ver en Avilés.
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Plaza España
La calle la Fruta termina en la Plaza España, o el Parche, como se la conocía, al ser el único suelo adoquinado de la ciudad – el resto de calles eran de tierra –. Mires a donde mires encontrarás edificios nobles de gran importancia: el palacio municipal o ayuntamiento; o los barrocos, casa de García Pumarino y palacio del Marqués de Ferrera. Desde Plaza España nacen las calles más importantes de Avilés: calles tradicionales como la Ferrería, San Francisco- Galiana, Rivero y otras más comerciales como la Fruta y la Cámara.
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Fuente de los Caños de San Francisco
Saliendo por la calle San Francisco, y a la izquierda de la misma, encontramos uno de los símbolos de Avilés. Fue el resultado de la canalización del agua que traían desde la parte alta de la ciudad. Una medida para tratar de paliar el foco de infecciones que suponía llevar el agua por simples cauces al aire libre. De la fuente surgen seis cabezas humanas que llevan el agua hasta un pilón que antiguamente servía de abrevadero para el ganado. Esta fuente lleva dando agua a los avilesinos desde el siglo XVII, el moho de la piedra da buena cuenta de ello.
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Iglesia San Nicolás de Bari
Se la conoce también con el nombre de iglesia de San Francisco. Fue un antiguo convento de la comunidad franciscana. Se situaba en extramuros de la ciudadela amurallada, puesto que la orden franciscana solía alejar sus templos de las urbes.
San Nicolas de Bari fue una iglesia muy castigada durante la Guerra Civil. Fue ocupada por las fuerzas del Frente Popular, sufriendo grandes daños y perdidas de obras de arte importantes.
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Plaza Domingo Álvarez Acebal
La plaza Domingo Alvarez Acebal es una de las más bonitas de la ciudad. Además de San Nicolás de Bari, en esta plaza se encuentra uno de los mejores ejemplos de las lujosas casas palaciegas que se construyeron a principios del siglo pasado, el palacio de Balsera, con funciones de conservatorio municipal de música en la actualidad.
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Calle Galiana
La calle Galiana fue construida durante la expansión barroca en el siglo XVII como principal camino hacia Grado, población considerada como la huerta de Asturias. Es la calle soportalada más grande de avilés, con 252 metros, y la única que conserva el doble tipo de suelo: la zona empedrada para el ganado y la gente que llevaba madreñas; y la zona lisa para el resto de transeúntes. También llama la atención los pequeños huecos ubicados encima de las puertas de la zona soportalada. Al situarse la vivienda en la parte superior y el ganado en la inferior, estos agujeros servían de mirilla y abertura por donde arrojar las llaves al visitante.
En la calle Galiana, además de sus históricos soportales, también hay edificios relevantes como la casa del indiano Arias de la Noceda. Estos edificios, resultado del ensanche burgués, contrastaban con las casas humildes de la zona soportalada. No te pierdas la zona ajardinada de la parte trasera.
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Plaza Carbayedo
Al final de la calle Galiana, encontramos un gran hórreo – construcción tradicional que sirve de almacenamiento para los productos de la huerta, protegiéndolos de los roedores y humedades – en una plaza de ambiente juvenil y familiar, la plaza Carbayedo, nombre que le viene por ser, en tiempos pasados, una amplia zona boscosa plagada de robles – carbayo en asturiano -. La plaza fue también la sede de la feria del ganado, conservándose aún su abrevadero.
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Calle Rivero
Terminamos nuestro paseo por el casco viejo de Avilés al otro lado del parque de Ferrera, en la calle Rivero, que, en su día, fue Camino Real a Oviedo. Debe su nombre a que, hasta el crecimiento de la ciudad, se encontraba en la ribera de la ría. Antiguamente era zona de artesanos, y hoy es una calle frecuentada por peregrinos –por aquí transcurre el Camino de Santiago de la ciudad -.
Museo de la Historia Urbana de Avilés
Este museo, con 5 años de antigüedad, fue el colofón de un proyecto de recuperación del patrimonio histórico artístico de la ciudad. Un proyecto que consistió en culminar la transformación de una ciudad industrial a una ciudad de servicios, y donde el turismo y la cultura son los ejes fundamentales entorno a los que pretende girar la ciudad.
Nada más entrar al museo, puedes leer su lema: “El museo de Avilés, Avilés es un museo”. Este espacio puede ser una buena puerta de entrada para los visitantes, donde entender la ciudad a través de los siglos de historia que se recorren cronológicamente entre sus diferentes plantas.
Horario: de martes a viernes de 10:30 a 13:30 y de 16 a 20 / sábados de 11 a 13:30 y de 16 a 20 / domingos y festivos de 11 a 13:30.
Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer
Para entender la arquitectura del Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer, hay que conocer a su creador. Oscar Niemeyer nació en 1907 en Río de Janeiro, muriendo en 2012. 105 años de numerosas obras, la mayoría en Brasil, su tierra natal, y muchas otras repartidas por el mundo. En todas sus obras se refleja la obsesión por las curvas, inspirándose en la naturaleza y en el cuerpo de la mujer. Niemeyer fue considerado uno de los arquitectos más prestigiosos, obteniendo números premios a lo largo de su vida. Entre todos ellos, el Premio Principe de Asturias de las Artes, motivo por el cual dona semejante obra arquitectónica al Principado de Asturias.
Fue construido en Avilés por ser la única ciudad de Asturias en cumplir con las exigencias del arquitecto: «Debe construirse en un amplio espacio abierto al mar». Tras tres año de obras, el 25 de marzo de 2011 se inauguró el Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer.
Este centro cumple a la perfección con la norma de espacios amplios y diáfanos que suele caracterizar las obras de Oscar Niemeyer. También la presencia de colores primarios: azul, rojo y amarillo, además del blanco, buscando atraer la luz, algo necesario en Asturias.
En la línea de sus anteriores obras, los diferentes edificios del centro Niemeyer representan un espacio natural: la cúpula es una montaña de la que nace un río – la pasarela -, que desemboca en el mar – edificio en forma de ola -, y un frondoso árbol en medio – el edificio de la torre –.
En este espacio se encontraban los antiguos terrenos industriales de Ensidesa – la empresa de acero de la que ya hemos hablado más arriba -. Un buen ejemplo de que a una zona degradada y abandonada se le puede dar una nueva vida cultural.
El Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer, además de exposiciones, teatro, cine… es usado para eventos deportivos, e incluso como plató para filmar un programa de Master Chef – al igual que ya os contamos en Narbona -.
Para llegar desde el centro, se puede hacer cruzando el río por el puente de San Sebastían, un puente que fue de piedra durante la edad media y que posteriormente se construyó en hierro – aún quedan restos de este viejo puente de hierro –, para más tarde moverlo unos metros hasta su ubicación actual.
Parque de Ferrera
El parque de Ferrera es el parque más grande y utilizado de Avilés. Vino a sustituir en importancia al parque del Muelle. Es la zona verde más extensa de la ciudad con 81 mil metros cuadrados. Consta de una zona de pradería y arbolado de estilo inglés, y otra zona de setos conocida como Jardín Francés, que es donde Woody Allen rodó escenas de su película Vicky Cristina Barcelona.
Cementerio Municipal de La Carriona
Más que un cementerio, es un museo o galería de arte. También podríamos añadir que es la ciudad de los muertos, con las mismas diferencias sociales – o incluso diría que aquí son más notables –. Un entresijo de callejuelas que nacen en el centro del cementerio y van estrechándose, al mismo tiempo que perdiendo importancia según nos alejamos. La parte final es la zona donde yacen nichos de gente más humilde. Sin embargo, en el centro del cementerio se pueden contemplar auténticos mausoleos y obras de arte que tratan de glorificar al fallecido. Es un cementerio repleto de simbología.También es un ejemplo de ostentación social, de aquellos que hicieron fortuna en Cuba y querían seguir demostrándolo después de muertos.
Forma parte de la ruta de la asociación de cementerios significativos de Europa – ASCE -, – 52 concretamente -. Aquí se encuentran míticos personajes avilesinos como el músico Julián Orbón – autor de la música de Guantanamera -, el atleta Yago Lamela, el futbolista Quini…
Rula de Avilés
En nuestro visita, tuvimos ocasión de conocer el funcionamiento de la Rula de Avilés, una de las lonjas más importantes de Europa. Es una gozada presenciar en primera persona cómo es el funcionamiento de un sistema de comercialización único entre pescadores, minoristas y mayoristas. Puedes vivir todo el proceso: desde la llegada de los barcos, la subasta de pescado y la posterior salida para el consumo.
Se realizan visitas guiadas entre los meses de julio y septiembre. Te puedes informar en su web: ruladeaviles.es.
Ermita Nuestra Señora Virgen de La Luz
El Santuario de la Virgen de La Luz se levanta en una colina cercana a la población de Villalegre, en el Concejo de Avilés. Además de la belleza del interior de la ermita, se tienen unas grandiosas vistas de Avilés y su ría.
Se puede llegar en servicio de transporte público: Linea 1 circular entre Piedras Blancas – La Luz.
Playa de Salinas
Aunque se encuentra en el concejo de Castrillón, es una visita interesante si te estás preguntando qué ver en Avilés en 2 días. Lo que es el pueblo en sí, no llamó especialmente nuestra atención. Lo verdaderamente destacable es el Museo de Anclas Philippe Cousteau – hijo del mítico Jacques-Yves Cousteau -. Las anclas fueron donadas por diferentes navieras de barcos significativos. Está dedicado a Philippe Custau, cuyo busto conmemorativo descansa sobre una de las rocas, visible desde el puente colgante. Puente que fue de madera, pero sufrió un trágico accidente, lo que motivó la construcción del actual.
Otro de los puntos interesantes son las dunas del Espartal – marcadas en el mapa de más arriba -. Se puede realizar el paseo por encima de unas pasarelas que llegan casi hasta la orilla del mar. Es declarado Monumento Natural y posee una gran variedad de especies.
Existen servicio de autobús entre Avilés y Salinas.
Hasta aquí todo lo que hay que ver en Avilés, que como habrás comprobado es mucho. Con esta ruta puedes dedicarle a Avilés y alrededores entre 1 y 3 días. Y recuerda… ¡Avilés sorprende!
Dónde comer en Avilés
No te voy a descubrir ningún secreto si te digo que en Asturias se come de maravilla, ¿verdad? Pues Avilés no iba a ser menos. Te dejo por aquí los diferentes restaurantes que pudimos degustar durante nuestra estancia.
- Vinoteca Sal de Vinos Como dije anteriormente, por la llegada masiva de población de distintas partes de España, en Avilés hay más tradición de vino que de sidra. Esta vinoteca es una muestra. Se encuentra frente al parque del Muelle y ofrece gran variedad de vinos y deliciosas raciones, en caso de elegir un tapeo informal. Si quieres una cena algo más exclusiva, puedes cenar en la sala.
- Brujería Situada en el barrio de Sabugo, uno de los barrios que más están despuntando en cuanto a gastronomía. Lo que más me gustó de este restaurante fue la originalidad de sus platos. Un toque creativo sin abandonar la calidad.
- Apiñón bristo Ubicado en la histórica calle Galiana. Quizás, el restaurante que más encandiló nuestro paladar por el factor sorpresa de sus platos. Realizamos un maridaje de vino y cerveza junto a platos con clara fusión asiática. Un lujo de lugar y de equipo, personas jóvenes con ganas de innovar.
- Tierra Astur Y por mucho vino que se beba, la realidad es que estamos en Asturias, y aquí hay que beber sidra. La sidrería restaurante Tierra Astur, situado junto a Plaza España, en la calle San Francisco, fue el toque más clásico de todos los restaurantes que probamos. Tiene la peculiaridad de poder comer dentro de un tonel.
Dónde dormir en Avilés
Nos alojamos en un hotel que lo tuvo todo: buena ubicación, amabilidad del servicio y bonitas habitaciones: Hotel 40 Nudos.
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Felicidades por el artículo. Muy completo!! Me ha servido de gran ayuda.
Gracias
Muchas gracias por tu comentario. Nos alegra que te haya ayudado.
Un saludo
Me ha parecido muy muy buena página, me ha sido super útil. Buscaba alguna información de Áviles y no encontraba gran cosa. No suelo escribir nada en general pero me parecía justo apoyar el trabajo que has hecho aquí. Espero que sigas extendiendo tus destinos para poder disfrutar de tus explicaciones.
Un saludo
Muchas gracias. No sabes cuánto se agradecen mensajes cariñosos y desinteresados como el tuyo. Nos alegra que te sirva para tu próxima visita a Avilés. Te va a encantar la ciudad.
Saludos
Muy bueno y muy completo.
Muchas gracias. ¿Eres avilesino?
Un saludo